Jim Jackson fue un estupendo músico especializado en diferentes estilos, y si bien se le conoce por su faceta de bluesman, quizá el término songster le encaje mucho mejor. El songster era básicamente un músico ambulante, aparecido a finales del S. XIX en Estados Unidos, y que era capaz de tocar todo tipo de estilos, más que nada debido a la necesidad de ganarse el pan cada día. De hecho, al contrario de lo que nos han explicado, muchos de los más famosos músicos de Blues no eran más que eso, y el Blues simplemente otra faceta más dentro de su amplio repertorio. Con el éxito comercial del Blues gracias sobretodo a Blind Lemon Jefferson, las compañías discográficas contrataron a muchos de ellos para grabar únicamente ese estilo, a pesar de que podían haber grabado cualquier otro.
Jackson, nacido a finales del S.XIX (los años varían desde 1876 hasta 1884) en Hernando, Mississippi, aprendió la guitarra de su padre y ya de joven, hacia 1905, formaba parte de los medicine shows de la zona (espectáculos ambulantes en los que se vendía supuestas medicinas milagrosas y que se amenizaban con música popular). Hacia 1920 se establece en Memphis donde sigue con los espectáculos ambulantes y tocando en fiestas y locales, ampliando cada vez más su abultado repertorio lleno de diferentes estilos.
Su vida siguió así hasta 1927, cuando grabó su primera sesión para el sello Vocalion. Los jefes de la compañía vieron de repente como su «Kansas City Blues» se convertía en uno de los discos más exitosos del momento (dicen que uno de los primero es vender más de un millón de copias). Así que Jackson siguió grabando a los largo de los últimos años de la década, e incluso su popularidad le llevó a aparecer en el film «Hallelujah» de King Vidor, pero con la llegada de 1930 su estrella se vino abajo. Jackson volvió a lo suyo, estableciéndose de nuevo en su población natal y actuando en más medicine shows y locales. Moría en 1937.
Los temas que hoy presento son de sus sesiones de 1928 con el sello Victor, «My monday woman blues» y «My mobile central blues». En estos se puede tener una idea exacta del estilo de Jackson. Se trata de dos Blues en los que destaca sus divertidas letras, su potente voz y su uso rítmico de la guitarra. Al contrario que otros, Jackson no destacó a las seis cuerdas como un gran solista, aunque está claro que podía defenderse estupendamente con un elegante ritmo y su fingerpickin’. Digitalizado de mi colección. Espero que lo disfruten.