
Corría el año 1926 y el éxito del Sexteto Habanero con la compañía Victor había hecho que su rival comercial, Columbia, buscara desesperadamente un conjunto cubano que fuera su competidor. Fue así como el sello grabó ese año en New York al Sexteto Occidente, cuyos discos, por desgracia, no obtuvieron el éxito esperado. Pero los jefes de la compañía no se rindieron y alentaron al contrabajista del conjunto a que buscara una nueva banda a su vuelta a Cuba. Ese contrabajista era el mítico Ignacio Piñeiro, figura clave en el desarrollo del Son cubano. El exitoso grupo que formaría entonces pasaría a la historia como el Sexteto Nacional.

Piñeiro nació en la Habana un 21 de mayo de 1888. Ya de muy joven empieza a cantar en coros infantiles, formando parte del Timbre de Oro, e incluso ingresa en la sociedad secreta cubana de los Abakúa (o Ñáñigos), pero tiene que asegurarse un sueldo trabajando como tonelero, tabaquero, albañil y en muchas otras faenas. No deja la música, pero no es hasta que en 1926 se une al recién formado Sexteto Occidente organizado por María Teresa Vera. Cuentan que debe aprender a tocar el contrabajo a toda prisa para poder viajara a New York y grabar con Columbia. Tras el fiasco con esta, Piñeiro forma su nueva banda hacia finales de 1927 y decide bautizarla como Sexteto Nacional, evitando así referencias al origen occidental u oriental del son cubano, logrando tal y como el estudioso de la música cubana Cristóbal Díaz Ayala dice con acierto, «la verdadera integración total (del son); Ni habanero ni Santiaguero: Nacional». Al poco tiempo ya están grabando con Columbia sus primeros temas con su primera formación compuesta por algunos de los mejores músicos de Cuba, con Piñeiro al contrabajo, Alberto Villalón a la guitarra, Francisco Solares González («Panchito Chevrolet») al tres y voces, Bienvenido León y Juan de la Cruz a las voces y José M. Carrera Incharte («El Chino») a los bongos.
Al año siguiente el Sexteto se convierte en Septeto tras unirse al conjunto el trompetista Lázaro Herrea («El Jabao»), en lo que resulta un golpe maestro, ya que a partir de entonces muchos otros grupos empezarán a agregar trompetas imitando el sonido de nuestros protagonistas. El Septeto sufre varios cambios de miembros entre 1928 y 1929, y de hecho, cuando son contratados para viajar a España para tocar en la Exposición Universal de Sevilla, uno de sus miembros (Cheo Martínez, sustituto de Abelardo Barroso a su vez sustituto de Juan de la Cruz) muere en el viaje, aunque por suerte De la Cruz viaja también con ellos de manera que el Septeto sigue adelante en su aventura hispana. Al llegar a Sevilla se les une una bailariana cubana llamada Urbana Troche (presente en la foto que encabeza la entrada) que actuará con ellos en el pabellón de Cuba de la exposición, donde gozan de un gran éxito que les llevará a tocar ante los reyes y al fichaje por La Voz de Su Amo para una sesión llevada a cabo el 3 de octubre.
Las grabaciones en Madrid del 29 son sin duda algunos de los discos más raros (jamás fueron editados fuera de España) de la discografía del Septeto Nacional y de los menos conocidos, pero son brillantes. Para la ocasión la banda, además de Piñeiro al contrabajo, contó con Juan de la Cruz y Bienvenido León a las voces, Eutimio Constantín a la guitarra, Luís Herrero a la trompeta, Francisco Solares González al tres y Agustín Gutiérrez a los bongos. Y es de esa sesión, que dio de sí 8 temas, que hoy presentamos uno de sus discos con dos estupendos temas. Por un lado uno de sus clásicos, «Bururun Barara», también conocido por «Como está Miguel», un tema ya grabado anteriormente para Columbia y que contiene una de mis líneas favoritas del Son: «La mujer es como el pavo, que hay que comerlo caliente, si lo dejas enfriar, el diablo le mete el diente.» . Luego no puede faltar la otra cara, una buenísima versión de «El que siembra su maíz» popularizada el año anterior por el Trío Matamoros, y que para mi gusto, supera a la original.
Os dejo con uno de los combos cubanos más impresionantes que haya habido. Como siempre, digitalizado de mi colección.
Septeto Nacional Cubano «Bururun Barara» Madrid, 3 octubre 1929. La Voz de su Amo AE 2845
Muy buena semblanza amigo, sin embargo haremos algunas precisiones. El nombre del cantante que sustituyo a Abelardo Barroso era Jose ‘Cheo’ Jimenez, no Martinez. El nombre del trompetista era Lazaro Herrera no Luis Herrero. Al fallecimiento de ‘Cheo’ la voz prima fue cubierta por Juan De La Cruz y por Eutimio Constantin el guitarrista del Septeto quien es precisamente el que canta estos dos numeros que haz colocado en tu articulo.
La exposicion no se llamo ‘universal’, era la «Exposicion Iberoamericana de Sevilla 1929-1930». El Septeto Nacional no llego a participar de esta feria que termino el 21 de junio de 1929. El dia 18 de junio el Septeto racien habia llegado a New York asi que era imposible que si quiera llegue para la clausura pero sin embargo estuvo en el Pabellon Cuba en octubre.
La letra del son es: «La mujer es como el pan que hay que comerla caliente. Si la dejas enfriar ni el diablo le mete el diente».
Saludos desde Lima
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Muchísimas gracias por la aportación!
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