De entre todos las orquestas de baile europeas la de Jack Hylton fue la más famosa, cosechando un enorme éxito no sólo en Europa (España incluída) sino también en América. Gracias al empeño y sobretodo al talento de su líder, la orquesta cosechó un abrumador éxito a partir de mediados de los años 20 y durante toda la década de los 30.
Todo ello gracias a un tipo de nombre verdadero John Greenhalgh Hilton. El pequeño futuro genio llegó a este mundo en Bolton, Inglaterra en 1892, y empezó su carrera musical cantando y tocando el piano en el pub de su padre, pasando a ser pianista de varios clubs al trasladarse a Londres e incluso llegar a ser director musical de la banda del regimiento de caballería de los húsares británicos durante la Ia Guerra Mundial. Tras acabar la guerra sigue trabajando como músico en la capital británica y empieza a ganar fama como arreglista.
En 1923 da un vuelco a su carrera formando su propia banda de Jazz, que más adelante acaba siendo una orquesta, y ya nada vuelve a ser lo mismo. Astutamente, Hylton ofrece su banda a varios clubs por precios irrisorios con la confianza de que con el tiempo la gente empezará a hablar de ellos. La jugada le sale bien y en sólo una semana ya le pagan más del doble inicial. En tan sólo unos pocos años la orquesta de Hylton se convierte en la más exitosa que Inglaterra exporte al extranjero: Sus discos se editan en todas partes y gira por medio mundo (llegó a tocar en Barcelona) llevando a Hylton a ser una de las caras más reconocidas del mundo del espectáculo. No sólo eso, sino que sus dotes de empresario lograron que su banda siguiera ganando dinero durante la depresión económica de los 30, unas dotes que, unidas a sus contactos, le permitieron empezar a trabajar como promotor musical empezando a organizar conciertos de otros artistas, como es el caso de la primera visita de Duke Ellington a Inglaterra. Para rematarlo, en los 30 Hylton acaba siendo uno de los accionistas principales del sello Decca. Pero con la llegada de la IIa Guerra Mundial la carrera de la orquesta llega a su fin, aunque no la de Hylton, quien decide lanzarse de lleno a la producción artística, y hasta el final de su vida en 1965 produce obras musicales, programas de radio y televisión.
Para quienes todavía no conozcan la obra de Hylton, aquí os dejo con uno de mis temas favoritos de su extensa discografía (juntando todas su grabaciones incluídas las que hizo sin su orquesta son más de 2.000), un increíble tema del Tin Pan Alley compuesto en 1929 cuya primera versión fue grabada por la orquesta de Leo Reisman, pero que a mi juicio queda en poco comparada con la de Hylton. Se trata de «Happy days are here again», un alegre tema bailable que, dadas las circunstancias en las que se grabó (pleno auge de la depresión), sirvió en su época para dar un poco de esperanza a medio mundo. En el enlace la cara B. Como siempre, digitalizado de mi colección.