Es prácticamente imposible para casi cualquier coleccionista con dos dedos de frente escoger sus discos favoritos por un simple motivo: Hay demasiados. Al menos eso es lo que me ocurre a mi. Me resultaría tarea inútil y fastidiosa tener que escoger entre unos y otros para quedarme con tan sólo un puñado, y es por eso que jamás le he visto el sentido a preguntas como «dime tus 10 discos favoritos».
Pero curiosamente, a pesar de no tener una lista mental de ese tipo, sé con seguridad que mi adorada copia del Grey Gull 4290 de los Hawaiian Beachcombers estaría en lo alto del pódium en el hipotético caso de hacerla. El disco en cuestión contiene una canción de la que me enamoré nada más escucharla, «Queen of the South Sea Isles», una de las varias obras maestras grabadas por el gran guitarrista Bennie Nawahi. Sí, de nuevo volvemos a hablar de él.
De Bennie Nawahi, también conocido como King Nawahi, ya he comentado algunas cosas anteriormente (ver Maestros de la Guitarra Hawaiiana I y The Red Devils), así que no me extenderé demasiado, aparte de volver a recordar que se trata del quizá mejor guitarrista hawaiiano de la historia, todo un virtuoso. Absolutamente todas sus grabaciones, ya sea como King Nawahi’s Hawaiians para el sello Columbia, como Four Hawaiian Guitars para QRS, las sesiones que hizo para el sello Grey Gull como Hawaiian Beachcombers o cualquiera de la multitud de nombres bajo los que grabó, son de obligada escucha para cualquier amante del género. ¡Y qué diablos! ¡Para cualquiera que ame la buena música! Pero de entre todas, este disco es muy especial para mi. Desde que escuché por primera vez «Queen of the south sea isles» en un programa de radio hace unos años me obsesioné con conseguir una copia del disco (ya fuera el original o cualquiera de las distintas ediciones hechas tanto en USA como en varios países). Por suerte a los pocos meses un vendedor francés me ofreció una copia por un precio ridículo.
Recuerdo que el día que lo recibí saltaba de alegría. ¡Vaya tema! Es una obra perfecta. Una estupenda combinación de pop, jazz y hawaiiano con una increíble melodía vocal y un Nawahi espléndido en plena cumbre creativa. Él mismo se encarga del ukelele al inicio del tema para cambiar a la steel guitar cuando se acerca el solo (era tan virtuoso con el ukelele como con la guitarra), que además es uno de mis favoritos. Más tarde regrabaría el mism otema para el sello Victor, pero esta es sin duda la mejor versión. En fin, para qué alargarse más. Os dejo con este asombroso tema y su cara B, un precioso vals. Digitalizado de mi colección y listo para descargar.