Entre muchos de los fans del Jazz a menudo se ensalza el estilo de Kansas, un estilo caracterizado por haber servido de puente entre las big bands de los 30 y el Bebop, y del que la orquesta de Count Basie fue el máximo representante. Pero para los freaks como yo a los que no les interesan las big bands del swing ni las locuras artificiosas de Charlie Parker (y lo digo con todos mis respetos), el sonido de Kansas va unido a otro nombre, el del genial pianista y líder Bennie Moten. Su orquesta es una de las esenciales de los años 20 y grabaron una buena cantidad de discos que contienen varias obras maestras.
De hecho fue él quien contrató a Basie (junto a Jimmy Rushing, Hot Lips Page, Eddie Durham y Ben Webster) para tocar el piano en su orquesta, y tras su muerte en 1935, Basie tomaría las riendas de la banda para reconventirla en una de las más importantes de la era swing. Lo curioso es que la muerte de Moten coincidiera con la desaparición de la gran época dorada del sonido Hot que él había capitaneado junto a otras bandas y que llevaba tocando desde antes de los años 20.
El bueno de Benie nació en Kansas en 1894 donde estudió piano con dos alumnos de Scott Joplin. Hacia 1918 ya dirigía un trio de ragtime, que fue aumentando hasta sexteto, y en 1923 la banda acompañó a Ada Brown en la grabación de «Evil mama blues», considerado la primera grabación del Jazz de Kansas City. Pero es a partir de 1924 cuando Moten empieza a grabar para Okeh que su banda se convierte en algo realmente especial, haciendo alarde de un estupendo jazz con un refuerzo rítmico impresionante, el stomp, muy popular en Kansas. Para cuando fichan con Victor en 1926 y empieza su época de mayor éxito, la banda hace alarde de un estilo más sofisticado pero sin perder sus raíces, una combinación que la convierte en una de las mejores de la época.
No hace falta alargarse más, vayamos a por la música. Hace un tiempo encontré este Victor americano (en excelente condición!) en una cubeta entre varios discos españoles, y aún no salgo de mi asombro. No sólo es un disco excepcional, sino que es uno de los raros y difíciles de encontrar, ya que pertenece a la serie 38000, o lo que es lo mismo, lo que Victor bautizó como sus «Race series» (Series raciales-música negra). Esta serie aparece en 1928 en incluyes un buen montón de rarezas, lo que, como siempre, me hace pensar en cómo diablos llegaría hasta Barcelona. En fin, el disco cuenta por una cara con un cuarteto compuesto por Moten y su hermano Buster ambos al piano, Woody Walder al clarinete y Willie Mc Washington a la batería, interpretando este especial «Loose like a goose». La otra cara sí que nos presenta a la orquesta de Moten interpretando un precioso medio tiempo lleno de sabor a New Orleans, «It won’t be long». Toda una rareza digitalizada de mi colección, espero que la disfruten.