Durante la dos primeras décadas del S. XX todo Estados Unidos se volvió loco por la música Hawaiiana. No tanto por su música folklórica sino por un nuevo estilo que bebía de diversas influencias y que adaptaba los ritmos modernos a su ya bastante rica tradición. Durante esos primeros años del siglo, la música Hawaiiana empezó a estar enormemente influenciada por el Ragtime creando un estilo denominado Hapa Haole (“medio blanco/europeo), que al mismo tiempo mezclaba el inglés con la lengua hawaiiana. Las bandas, generalmente cuartetos o quintetos, que a menudo entretenían a turistas en hoteles y barcos, empezaron a girar más y más por el circuito de vodevil de Estados Unidos. Entre los instrumentos utilizados, como la guitarra, el ukelele o la mandolina, había un rey (o una reina): La guitarra steel. Desarrollada por Joseph Kekuku a finales del S.XIX, este instrumento en afinación abierta (generalmente en SOL) se tocaba con una técnica conocida como slack key, y permitía imitar los característicos falsettos de los cantos hawaiianos.
Norteamérica, y pronto gran parte del resto del mundo, aceptó la nueva música con los brazos abiertos y muchos de los músicos de las islas gozaron de un inmenso éxito que ese extendería hasta los años 20 y 30, cuando empezaron a tocar Blues y el Jazz creando, a mi parecer, la gran época dorada de la música hawaiiana. El guitarrista de steel guitar, respaldado por guitarras rítmicas y ukeleles, se convierte en el corazón de las bandas. Nacen los primeros grandes héroes de la guitarra del Jazz y varios de ellos compiten (amistosamente) para ser considerados “Rey de la guitarra”. Gente como Sam Ku, Bob Pauole, William Kanui o, sobretodo, los más famosos de todos ellos: Sol Hoopii y Bennie Nawahi.
SOL HOOPII
Nacido como Solomon Hoʻopiʻi Kaʻaiʻai, cuentan que el bueno de Sol ya sabía tocar el ukelele a los 3 años (nunca dejó de tocarlo), pero cuando descubrió la guitarra steel esta se convirtió en su instrumento. Como muchos, empezó tocando en parques, para pasar a tocar en orquestas de hoteles y entreteniendo turistas a bordo de barcos. Fue tras una de estas travesías que Sol optó por quedarse en Los Angeles. Fue allí donde formó su famoso trío junto a Glenwood Leslie y Lani McIntyre un trío que evolucionaría con los años siendo cuarteto y quinteto.
Sol conoció el éxito bastante temprano, un éxito que le duró hasta finales de los años 30, cuando de repente abandonó su carrera para unirse a la evangelista Aimee Semple McPherson (una excéntrica predicadora que fue realmente famosa en los 20 y 30) y dedicarse a tocar sólo para las actuaciones de esta. Supongo que por otro lado Hoopii vería que su estilo empezaba ser menos actual, ya que el mundo del Jazz había cambiado mucho, el Swing era la música de moda y los viejos ritmos Hot se veían como algo arcaico, algo que los jóvenes identificaban ya como la música de sus padres.
Sea como sea Hoopii vio la luz y pasó el resto de su vida dedicado al Señor hasta su muerte en 1953. Incluso existe una filmación de 1942 donde toca una steel guitar eléctrica junto al compositor cristiano Phillip Stanley Kerry y se discute su conversión. Una verdadera lástima, la técnica de Hoopii, con un sentido del ritmo único y su sentimiento Blues eran inigualables. Como muestra una de mis grabaciones favoritas, su increíble “Singing the Blues”.
BENNIE NAWAHI
“King” Bennie Nawahi, como fue apodado Benjamin Keakahiawa Nawahi, es junto a Hoopii el más famoso guitarrista hawaiiano. De hecho ambos competían en la época por el título de “rey de la guitarra”, aunque suponiendo que ambos habían tocado juntos en sus inicios esa supuesta rivalidad tendría más de fines publicitarios que de realidad. Nawahi empezó de manera parecida, tocando en los parques para luego tocar en barcos y pasar de ahí al circuito americano junto a su hermano, estableciéndose en San Francisco. Nawahi se hizo rápidamente con un nombre en los espectáculos de vodevil, donde asombraba a todos tocando la guitarra con sus pies o con su increíble y vertiginosa técnica al ukelele (hay varias grabaciones que lo demuestran), por lo que el empresario Sid Grauman le bautizó como “el rey del ukelele”, apodo del que Nawahi haría ostentación a lo largo de su carrera acortándolo a simplemente “rey”.
Hacia finales de los años 20 Nawahi empieza a grabar para diferentes sellos bajo diferentes nombres y seudónimos y respaldado por distintas bandas, algo común en la época para evitar problemas contractuales con los diferentes sellos, de ahí que su discografía sea mucho más difícil de seguir. Así nacen King Nawahi’s Hawaiians, The Red Devils, The Hawaiian Beach Combers, The Georgia Jumpers, Hawaiian Guitars y King Nawahi & the International Cowboys. Pero en todas y en cada una de sus encarnaciones el virtuosismo de Nawahi brilla por encima de todos, a menudo intercambiando el ukelele y la guitarra steel en una misma toma, como en la brillantes “Queen of the South Sea Isles” o “Ukulele Benny” (en esta última Nawahi utiliza hasta saxofones y kazoo, algo nada común en la música hawaiiana).
Su carrera fue muy prolífica y llena de éxito al menos durante los 7 años en que grabó. Todo eso cambió en 1935 cuando, sin que ningún doctor supiese darle explicación alguna, Nawahi se volvió completamente ciego de repente mientras conducía a casa después de una actuación. Si bien a pesar de su ceguera siguió tocando en posteriores años, sus mejores días ya habían pasado. De la misma manera que los primeros guitarristas de los años 10 fueron desbancados por Bennie y otros, ahora los tiempos cambiaban, así como los gustos de la gente y las normas de las compañías. Así y todo, el bueno de Nawahi todavía fue capaz de alcanzar la gloria de nuevo aunque en otro campo. En 1946 estableció un récord mundial de natación para ciegos nadando los 35 kilómetros de distancia desde San Pedro hasta Santa Catalina. Lo más curioso es que casi 30 años más tarde, Robert Crumb y un amigo lo localizaron y fueron a visitarle a su casa pero Nawahi no quiso hablar en ningún momento de su carrera musical, insistiendo en cambio en hablar sólo de su récord mundial. Vaya tipo.
La selección que he escogido es la magnífica “Hawaiian Melody”, grabada bajo el nombre de Hawaiian Guitars para el sello Madison en 1930. Toda una delicia.
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